ActualidadCultura
Diego Puig, un talentoso de las letras en una rica entrevista
El escritor termeño, afincado en Tucumán, acaba de editar It girl, una obra que ya vendió su primera edición. Conoce de que se trata.
Si bien para el diario eltucumano Diego Puig es uno de ellos, en Las Termas es mucha la gente que lo conoce y tiene muchas amistades cosechadas durante su etapa de estudiante. Sus padres residen aún en esta ciudad, aunque Diego ya está afincado hace bastante en el Jardín de la República.
El diario eltucumano le realizó una extensa nota, donde el talentoso escritor desgrana muchos temas.
“Hubo un tiempo que fue hermoso, reza la primera estrofa del clásico de Sui Generis y por acá también hubo un tiempo de esplendor para la fiesta y la nocturnidad. Un poco de ese espíritu joven y jovial es el que recupera “It girl”, la última novela del escritor tucumano Diego Puig que vio la luz hace un par de semanas y ya pide una nueva edición”, inicia la nota del diario eltucumano.
De manera paradójica, esa edad dorada de la fiesta tucumana se produjo en una época signada por las restricciones a la libertad: el tiempo de la ley decretada por el entonces gobernador José Alperovich que establecía el cierre de los boliches locales a las cuatro de la mañana; el tiempo en que también proliferaron los afters y las fiestas clandestinas. Así lo piensa el autor: “La novela transcurre en la ‘época dorada’ de la ley de las 4AM, cuando Tucumán era barato y un poco más seguro que ahora para ir a bailar. Pertenezco a una generación que ha tenido mucha fiesta y la novela busca capturar el espíritu de esos tiempos. Sobre todo, porque creo que es una parte fundamental de nuestra identidad, esa capacidad para el disfrute, la alegría, la fiesta con los amigos, el contacto físico y las promesas de romance que siempre están detrás de salir a bailar, de las reuniones sociales y de las ansías de deseo que tienen los cuerpos: cuerpos que desean y buscan ser deseados”
Según explica el autor de 38 años, “It girl” es una historia sobre la juventud, los amigos y la fiesta, sobre el paso del tiempo y sobre el amor. Isolina, la protagonista, es una especie de reina de la noche que por excesos de su personalidad no encuentra el amor y termina casándose con un jugador de fútbol que, a su vez, viene de una relación larga que no logra cortar del todo. Entonces, se casan, se mudan juntos a Nueva York donde él ha sido fichado para un equipo y los problemas arrecian. Después Isolina queda a la deriva entre el fracaso amoroso y la duda sobre si volver o no, de ser posible, a ser esa It girl de las noches y de la sociedad tucumana.
Diego Puig es Licenciado en Ciencia Política y Filosofía y publicado la novela “Nadar sin luz” en 2013 por editorial Milena Cacerola y el libro de cuentos “Vírgenes infinitas” en 2018 en Colección Mulita. “It girl” es la primera de sus obras que se publica a través de una editorial tucumana. En este caso, la editorial independiente y artesanal Gerania que dirige Nacho Jurao. La novela de Puig contó con el trabajo de edición literaria de Diego Font y el diseño de portada de Joaquín Farizano, un trabajo editorial 100% local. La primera edición de cien ejemplares ya está prácticamente agotada y la segunda tirada ya está lista para salir a rodar. Quienes deseen su libro pueden adquirirlo a través de las redes sociales de la editorial.
-¿Por qué decidiste editar acá en Tucumán esta vez?
– Fue un impulso más que una decisión. La novela estaba terminada y guardada desde el 2018 pero no la había mostrado ni enviado a editoriales para su publicación por la mega crisis del sector editorial. Argentina tiene un mercado muy pequeño, con costos muy altos (el papel se cotiza en dólares) y cada vez se compran menos libros. En ese contexto fue, que a principios de este año, vi la convocatoria nacional de Gerania Editora y sin pensarlo dos veces mandé la novela. Después sí aparecieron justificaciones hermosas para editar en Tucumán por primera vez: el laburo sólido de Gerania, tener una novela con una historia muy tucumana, mi primera vez trabajando con editores locales, la pandemia y todo lo que eso significa para el presente de la industria del libro y su futuro.
-¿Qué hay de Tucumán en la novela y qué es lo que te resulta más interesante de la provincia en el plano literario?
– Mi sensación es que Tucumán ha tenido una tradición literaria muy fuerte pero que en algún momento empezó a flaquear o a desdibujarse. Hoy se está tratando de recuperar algo de eso y de forjar otra vez una identidad literaria. Y si bien el arte siempre ha estado vivo y muy activo de una u otra manera en la provincia –ya sea en teatro, música o poesía– no hay una estética o una identidad muy clara o fuerte. Somos, por ahora, como un grupo amplio y entusiasta pero atomizado de gente que trabaja con el arte, con sensibilidades y preocupaciones muy diversas. Al mismo tiempo, creo que todos estamos pensando en cómo producir arte para un Tucumán del siglo XXI, renovando el realismo, cediendo o superando el costumbrismo, explorando nuevas opciones más actuales y dinámicas. La sociedad tucumana es muy compleja, con matices de gran conglomerado urbano y también es tradicional, revoltosa, peligrosa, amiguera, festiva, combativa, universitaria, pobre, corrupta, sensible… Esta mezcla de características de la ciudad, y de la provincia en general, es una locura y eso permea cualquier cosa que uno produzca desde aquí o con Tucumán en la cabeza. Cierta locura e intensidad digna de Córdoba o Buenos Aires, pero con nuestras particularidades.
– La primera edición de la novela ya está prácticamente agotada ¿Te parece que esa es una señal de que el mercado literario local está consolidándose? ¿Se puede vivir de la literatura en Tucumán?
– Primero, lo de It girl es maravilloso y nos llena de alegría, pero es más bien una excepción a la regla y además con tiradas de 100 ejemplares difícilmente alguien pueda vivir de la venta de esos libros. Este es un problema de la Argentina: solo dos o tres personas viven de lo que publican. Algunos vivimos de la literatura, pero tangencialmente: dando talleres, con becas y premios o escribiendo para alguna revista. La realidad es que el mercado literario está cada vez más complicado, incluso si en Tucumán pasamos de tener una industria editorial casi inexistente hace diez años a algo más activo en el presente. Pero hace falta mucho trabajo, más lectores y más ventas y mucho apoyo institucional para que el sector editorial despegue. Si no se articulan la lectura en las escuelas, las compras de las bibliotecas públicas y el trabajo de los escritores, de las editoriales y de las librerías, la literatura en Tucumán siempre va a ser una cosa muy acotada, circunscripta a un sector mínimo de la población que lee y compra libros (que además son carísimos), pero lo que sucede hoy no alcanza ni remotamente para hacer de esta actividad algo sustentable.
-Qué te parece lo más destacable de la producción literaria actual en la provincia y qué te parece que todavía nos falta.
– Me gusta mucho lo que hace María Lobo y la última novela de Pablo Donizelli, Pasar El Infiernillo. Los poemas de Sofía de la Vega son buenísimos. Me gustan porque piensan un Tucumán actual y se corren de los lugares comunes, de lo obvio. Pero nos hace falta pensar mucho más en el lector. Hay una tendencia a escribir cosas muy chiquitas y autorreferenciales y con una actitud casi egocéntrica; eso se nota en muchos textos y en la manera en que algunos escritores piensan, arman y hablan de sus obras. Pero por sobre todas las cosas nos falta ambición. Se lee muy poco y se lee muy mal como para ampliar el abanico de posibilidades narrativas, empujar los límites propios, trabajar en serio con el lenguaje y pensar más ampliamente y con mayor profundidad la narrativa y sus temas. Esto no es propio de Tucumán. En Buenos Aires se publican muchísimos libros intrascendentes o simplemente mediocres.
-¿Crees que se va a venir una literatura de la pandemia una vez que pase todo esto? ¿Cómo crees que sería?
– Recientemente fui prejurado en un concurso de cuentos de Argentina, Uruguay y Paraguay y no hubo tantas historias de cuarentena-pandemia como uno hubiese esperado. Hubo muchos, sí, pero podrían haber sido muchos más. Creo que estamos todos cansados de este tema. Y probablemente no tengamos tanto para decir o narrar sobre la pandemia como algunos suponen. Al menos no inmediatamente. La mejor literatura sobre la pandemia seguramente va a tocar el tema de manera oblicua, indirecta y lo va a mezclar con muchas otras cosas. Creo que es más probable que aparezca una literatura del colapso medioambiental y socioeconómico actual. Y como siempre en literatura, habrá que separar el oportunismo y el vómito catártico de aquellos textos que realmente tienen algo interesante para decir o que representan una experiencia de lectura valiosa, intensa, placentera, extraordinaria. Algo que no es para nada fácil de lograr.
Fuente: eltucumano.
Comentarios de Facebook